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martes, 25 de febrero de 2014

1º TRABAJO. ARTÍCULO DE TERESA ROSSELL POCH



El artículo "Trabajo Social de grupo: grupos socioterapéuticos y socio educativos", de Teresa Rossell Poch, guía a los lectores a través de una presentación del surgimiento de los grupos, así como sus diferencias.


Cuando comencé a trabajar en un CRPS no era consciente del poder de los grupos. Simplemente desarrollaba una de mis funciones: llevar a cabo grupos, y lo hacía lo mejor que podía. En ese momento no sabía del poder del grupo, no reparaba en emergentes, en los movimientos de los diferentes roles de los participantes, ni en ninguna otra cosa que estar en un grupo conlleva.
Poco a poco me fui dando cuenta de que no tenía ni idea de cómo coordinar un grupo. Así dicho parece una confesión fácil, pero desde luego no lo era para una educadora social con más de 5 años de experiencia. Hoy en día, pasados 6 años desde entonces, sigo aprendiendo, y creo que jamás dejaré de hacerlo.

Como dice el artículo "el sentido y el valor del grpo radica en la relación que establecen miembros entre sí dentro del grupo, y en la situación del grupo en sí misma, que actúa como "contexto y medio de ayuda" para el individuo y para el propio grupo". Es decir, un grupo es mucho más que un número de personas que se reúnen. Un grupo es un todo, es un sistema que se autorregula, crece, pasa por distintas fases.


En la teoría general de sistemas se habla de que “el todo es cualitativamente diferente de las partes”, las características y propiedades de un grupo derivan de las características y propiedades de las relaciones entre sus integrantes.
Por lo tanto, el concepto de relación es sumamente importante, porque va a ayudar a determinar ciertos movimientos grupales.


E l texto me ha levado a pensar en por qué trabajar mediante grupos, e irremediablemente he recordado una frase de P. Freire en Pedagogía del oprimido: ”El diálogo responde a otra exigencia radical cual es la de concebir a los hombres como seres que no pueden ser al margen de la comunicación, son comunicación en sí”. Los seres humanos nos comunicamos, no somos al margen de otros, todos nos relacionamos, aunque no siempre sea de la misma manera. Un grupo es un espacio donde se facilita la comunicación.


Hace tiempo compartieron la siguiente frase conmigo: “La educación no es llenar un cubo , sino encender un fuego”, W.B Yeats. Bajo mi punto de vista es algo que debemos tener muy presente en nuestra profesión, y personalmente intento tenerlo en cuenta a la hora de coordinar un grupo. Digo "intento" porque no es fácil. En el campo de la salud mental, que es donde yo trabajo, existe un recorrido histórico en el que la persona con enfermedad mental no era realmente escuchada y comprendida (con todo lo que eso implica), los profesionales y familiares decidían por él/ella y no se tenía en cuenta su opinión, de hecho, ni se le preguntaba, porque no tenía ningún valor. Ahora nos encontramos en un momento de cambio. A mí me gusta pensar que estamos viviendo otra reforma psiquiátrica, en la que acompañamos a las personas con enfermedad mental en su recuperación, escuchándoles y comprendiéndoles.
En los grupos que coordino, trato de ayudar a encender una llama. Valoro aquellos grupos en los que se hace explícito que todos los participantes aportamos algo. Yo no tengo el saber, porque no hay un saber único, en todo caso tendríamos que construirlo juntos. Cada persona vive las cosas de una manera diferente y eso es valioso.


Esto de "trabajar con grupos", es relativamente novedoso. El artículo dice que no reparamos en lo terapéutico de los grupos hasta los años 60, en los que, a través de la práctica, los diferentes profesionales se dieron cuenta de que un grupo en sí es terapéutico. Aparecieron ideas de libertad individual, cooperación y responsabilidad.
A mi juicio ese no es un trabajo finalizado. Considero que se continúa sin dar valor a lo grupal. Se contrata a profesionales que tienen una titulación específica sin reparar en si son capaces, o conscientes, del trabajo que van a realizar. No se forma a los profesionales para coordinar grupos. Se aprende sobre la marcha, y cuando se reconoce que hay una laguna de conocimiento en este sentido, y uno se forma por su cuenta.
Trabajar en grupo no es fácil, genera resistencias ¿En qué lugar queda el profesional?




En el artículo se habla de un cambio en el que se comenzó a trabajar desde un lugar menos directivo, más sistémico y psicoanalista. En esto tuvo mucho que ver Pichón-Riviere, del que se habla muy por encima en el artículo. Pero cabe destacar que desarrolló una teoría muy valiosa para conocer mejor los grupos: la teoría del cono invertido.
En la que se habla de diferentes momentos del grupo, y cómo van desarrollándose los mismos:



Según Konopka existen dos dos categorías de grupos:
  • Los grupos que ayudan al desarrollo de la persona hacia su potencial individual para mejorar las relaciones y las aptitudes de la función social
  • Los grupos que precisan ayuda en la acción social, constituidos frecuentemente por personas muy bien capacitadas, situadas en posición de liderazgo en sus comunidades y que desean participar activamente en la solución de los problemas sociales.
Me parecen conceptos diferentes pero no incompatibles. Es decir, en mi trabajo los grupos pueden ayudar a la persona en su desarrollo individual, y a la vez, ayudar en la acción social. Coordino un grupo de percusión que tiene unos objetivos individuales y otros grupales, considero que en el grupo las personas con enfermedad mental luchan contra su autoestigma, pero también contra el estigma en la sociedad. Realizamos actuaciones que muestran la enfermedad mental desde un lugar en el que se muestra que las personas con trastorno mental grave son personas capaces, y a la vez, se les empodera.
Es imposible separar el grupo para el individuo y el grupo para la comuindad. Se trata de un mismo proceso.


Me parece importante señalar la idea de grupo como "medio y contexto de tratamiento", Vinter. El grupo es un medio, no es un fin. Y es un contexto que facilita la consecución de unos objetivos para con la tarea.


Kisnerman clasificaba los grupos de la siguiente manera:
  • Grupos orientados hacia el crecimiento: terapéuticos, de aprendizaje y recreativos.
  • Grupos de acción social: trabajo social de grupo y trabajo social con grupos.
En el recurso en el que trabajo realizamos grupos en los que los profesionales asumimos el grupo como objeto de atención-intervención y nuestra función es necesaria para el surgimiento o mantenimiento del grupo. Pero también realizamos grupos en los que la tendencia es que sean autogestionados. Es realmente difícil en el ámbito de
la salud mental, que un grupo termine por ser liderado por un usuario, y que se organice sin la necesidad de un profesional, pero en mi opinión no es imposible. Considero que las personas con las que trabajo pueden recuperar capacidades olvidadas, o aprender/probar nuevas que les permitan tener un lugar protagonista en sus vidas y en las inciativas en las que trabajan.


Me ha parecido especialmente interesante conocer las fases por las que pasa un grupo:
  • Fase de formación o dependencia
  • Fase de conflicto
  • Fase normativa o de organización
  • Fase de trabajo o de integración
  • Fase final.
Pensando en los momentos por los que han pasado los grupos que coordino, siempre había nombrado las fases como exigencia del profesional (que puede coincidir con la de dependencia), de confusión (conflicto), depresiva (que coincidiría con la de organización y de trabajo) y final.



Trabajar con grupos no es fácil, en muchas ocasiones el grupo agrede y deposita unas exigencias en el profesional en las que no se debe entrar. Como se dice en el artículo "Para ayudar al grupo hay que comprenderle, comprender al grupo y el papel que juega cada miembro en el mismo".